Existen en el mercado tantos motores como especialidades quirúrgicas e incluso más, puesto que dentro de una misma especialidad nos encontraremos con varias modalidades y marcas. Lo que hay que tener claro es que son prácticamente todos muy parecidos en su funcionamiento y componentes, y que si conocemos sus características generales podremos adaptarnos a cada uno de ellos cuando nos los encontremos.
Los motores quirúrgicos pueden ser de tres tipos, neumáticos, a batería o eléctricos, dependiendo una vez más de la especialidad quirúrgica se usa un tipo u otro con más frecuencia.
Muy usados en neurocirugía, otorrinolaringología y torácica. Son motores muy potentes, pero se calienta mucho la pieza de mano y la zona donde se ejerce la acción, por ello se debe irrigar con suero la zona de corte o fresado mientras el cirujano tiene el motor en funcionamiento.
Los motores neumáticos pueden funcionar contados a nitrógeno, a aire comprimido o compatible con ambos. Algunos modelos tienen una conexión particular en la manguera que requieren de una hembra compatible en la toma de nitrógeno o aire comprimido.
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